ESA PELÍCULA, YA LA VI

Que la culpa es de Julio, que Amaranto es un petardo, que Lara no mete cambios ni manejando, que esto y aquello… Yo me pregunto, ¿por que será que los colombianos tenemos pensamientos tan limitados? Si quizás lográramos conseguir una visión más general de lo que nos pasa, podríamos plantear un argumento más solido y menos repetitivo. La verdad estoy cansado, mejor dicho HARTO de oír como se le adjudican culpas a simples tinterillos, los protagonistas en la cancha. ¿Alguien sabe quien está detrás de jugadores, hinchada, cuerpo técnico, etc.? Señores, pues yo con el mayor de los respetos les re-informo de la existencia de una Asociación Colombiana de Fútbol, encabezada por el “doctor” Luis Bedoya. ¿Que pasa con esta gente? Que en mi concepto son los principales responsables del momento que estamos viviendo. Es bien sabido que desde la generación dorada de nuestro fútbol, la de los Valderrama, Asprilla, Leonel, etc no hemos conseguido encontrar un equipo con sentido de pertenencia, que mire para al frente y diga: “tenemos a X rival parado en frente, jugamos como visitantes, pero somos los mismos 11 y no tenemos las limitaciones deportivas que si pudieran tener otros (Bolivia, Venezuela). Vamos a atacar! Que seguro haciéndolo y aprovechando nuestras habilidades llenamos por fin de ilusión a un pueblo tan sufrido como el nuestro, y si en el intento perdiéramos, por lo menos caeríamos como guerreros”. Tenemos la fortuna de ser bendecidos con un don especial, el del buen fútbol: cuántos jugadores como Giovanni Hernández, como Camilo Zúñiga, Giovanni Moreno, etc, hay en el balompié mundial? quizás alguno de ustedes atine a decir: “nooo, estas loco, no podes decir que esos jugadores son especiales a nivel mundial..” y es cierto, pero no por falta de capacidades, yo digo que es más bien falta de mentalidad, la mentalidad mediocre del Colombiano. Retomemos aquí pues el tema de nuestra federación. Estos señores que se la pasan todo el año comiendo a cuenta de nosotros y solo aparecen para destituir y nombrar un nuevo director técnico, no han tenido la delicadeza de combatir nuestro flagelo mental. Muchachos, para nadie es un secreto que somos miedosos y mediocres, si hasta los resultados lo avalan, 2 mundiales de inasistencia, viéndolo por TV, hinchando por unos tipos que no representan ni en lo más mínimo nuestra cultura. ¿No será más bien que buscan otro tipo de objetivos diferentes a los de consecución de beneficios deportivos para nuestro país?, ¿Será que la extraña costumbre de solamente dejar técnicos colombianos fácilmente influenciables es solo una mera casualidad? ¿Qué hacen citando jugadores como Juan Guillermo Cuadrado que terminan siendo fichados por clubes europeos y no vuelven más a la selección? Si mal no estoy, cuesta más un jugador por el hecho de ser internacional con su selección y si mal no estoy, la mafia en el fútbol existe hace muchos años y no necesariamente va ligada a la compra o venta de partidos.
Seré directo, eso si, en un tema puntual, los árbitros que nos corresponden. ¿Donde está el peso de la confederación cuando nos meten la mano en jugadas como las que apreciamos hoy?. Recuerdo que frente a Venezuela en Puerto Ordaz, el árbitro de ese encuentro, el chileno Posso incidió claramente en el andamiaje del juego, sobretodo con la exagerada expulsión de Abel Aguilar. Pero claro, le dieron más trascendencia a una escena meramente xenofóbica que estoy seguro no paró en ningún tipo de sanción, que el caballero de negro le haya dicho “negro” a Abel, no evitó nuestra derrota y tampoco hizo que lo pararan unos juegos. Pero se acuerdan de su clara tendencia a favorecer al local? No. Hoy que volvemos a padecer ese tema, lamentamos el hecho de tener tan poco respeto dentro de la conmebol. Estoy seguro que a un Grondona –presidente de la Asociación Argentina de Fútbol- no le tiembla la mano para hacer respetar su selección.
Aunque debí hablar del tema, quiero que ustedes mismos participen haciéndolo, que importa como vi ese partido si definitivamente, esa película ya la vi…

PD: Les pido disculpas por la desprolijidad que hubiesen encontrado en mis argumentos, la persona que hoy escribe lo hace con un sentimiento de infinita tristeza y decepción, por ello no puedo acudir a la objetivad, no cuando está pasando lo mismo de los últimos años y el desenlace es igual de duro.