Empate Agridulce Por Pablo Guevara

Indudablemente el partido disputado en la ciudad de Bogotá D.C. deja muchas cosas para decir y apuntar. Partiendo del principio del “como” se jugó y además, el resultado que es lo que finalmente avala o reprueba lo que sea, pero ese será un tema que trataré de precisar más adelante. Por lo pronto puedo acotar, que este clásico número 230, se fue con un saldo parejo sumando el empate 75 en lo recorrido por el campeonato profesional del fútbol colombiano entre estas dos escuadras.
En una fría tarde-noche capitalina se dio el clásico, la hinchada verdolaga corría con el percance de una parcializada boletería inclinada hacía los locales y A PESAR, de las “medidas de seguridad” de evitar insignias de los equipos visitantes (sea lo que sea), ahí estuvo un aliento y un orgullo por defender esta causa INDEPENDIENTE de la circunstancia. Desde niños con sus padres (como en alguna ocasión pasó con muchos de nosotros), parejas, amigos, hasta personas solas, fueron y se congregaron en el Campín, con la única razón de ver a aquello capaz de darle una “alegría de su corazón” como le compuso Fito a Central previo a un clásico ante Newells.
Atlético Nacional dirigido desde el banco por el profesor Ángel Jorge Mamberto (por la expulsión del profesor Ramón E. Cabrero), partió del planteamiento del juego con mucho orden táctico, y con sacrificio físico. Comenzó este clásico con un leve dominio de parte del equipo azul, por disparos de media distancia por parte su “10” al golero Gastón Pezzuti (indicaciones de su DT Luís A. García). La idea era clara, atropellar, disparar y buscar un rebote por parte del golero nacionalista cosa que no funcionó porque la respuesta fue muy buena y simple, cero complicaciones, despejar a un lado, tocar y esperar los 15 minutos iniciales (como apuntaba Baldano antes de jugar ante del Barca), que después nos acomodamos y tomamos la bola.
Así se dio, el equipo de Cabrero se acomodó fue impasable y acertado por parte de su línea de contención que eran Jairo Palomino y José Amaya, aunque el trabajo lo complementaban dos contrastes en cuanto, al desempeño del juego Juan Steven Vélez (que a mi criterio jugó un muy buen partido) y Dermival Almeida Lima “Bahiano” (de discretísimo partido). Durante todo este lapso de tiempo la figura de Atlético Nacional con la 10 en su espalda, un espigado antioqueño de 1.90 cms, joven se hacía dueño de las jugadas ofensivas y hasta defensivas del equipo Verdolaga de COLOMBIA; tomaba los balones, pisaba la pelota, daba sancadas largas, y lo que tanto nos gusta a nosotros una que otra gambeta que sin duda ponían en aprietos a la “Línea de Contención Rival” y dejaban literalmente en ridículo a Gerardo Bedoya y Rafael Robayo.
Una recuperación en la mitad de la cancha dio a que Giovanni, corriera hacia el arco rival con Gerardo Bedoya hostigándolo, cosa que inteligentemente lo aguantó y como jugada de micro fútbol, enganchó suave a la bola, dejando a Bedoya con su juego tosco y poco fundamentado por lo menos 7 pasos lejos de el 10 de Nacional, luego alzó la cabeza miró a Oscar Córdoba y como los grandes, pensando a donde la quería colocar disparó relativamente suave, colocada, como solo los que lo saben lo hacen la pelota, en el arco. La malla se infló, y el grito de muchos, fieles hinchas verdolagas no se hizo esperar. Fue demasiado bueno ver a tanto hincha azul en su casa, viendo como el equipo de Ramón le jugaba, le quitaba, y tenía a un gran 10 que ante los grandes y en los partidos que debe notarse se HACE VER. De ahí en adelante, Nacional tomó la pelota, tocaba, y ponía pases por la izquierda con Steven o por Jair Iglesias, cosa que generó un contra ataque, otra vez por parte del Giovanni Moreno, que dejando en el camino a Robayo, y quedando en el área con Córdoba no se hizo esperar su clase haciendo una bicicleta (enganchando tres veces), y poniéndole el pase a Galván, quien lastimosamente no alcanzó a llegar, otra jugada diferente por parte de Moreno. El primer tiempo fue agradable y muy bueno ver al local, tan callado y a su hinchada asustada por lo que generaba a cada rato el cuadro de Cabrero. Pero si la idea del Chiqui o de Bedoya o de Mera o yo que sé, era de dañar el espectáculo lo consiguieron en parte. La idea era lesionar a los que le podían hacer daño, al diferente, pues más de 8 patadas en la mitad de un partido (si tal cual leen en 45 minutos), un codazo que lo tumbó en la mitad de la cancha y por si fuera poco un empujón sin el balón y en ninguna de estas no hubo ninguna medida disciplinaria, si tal cual como leen, ni una! Ayer en la noche tuve la oportunidad de ver el recuento que le hicieron a Oscar Julián Ruíz y le criticaron por lo localista y permisivo que fue al dejar dar tanta patada que dieron al 10 nacionalista, decían lo analistas arbitrales “su saldo fue rojo, le fue mal”; y no es un caso de una óptica solo de los analistas deportivos, TODO EL MUNDO se dió cuenta de esto, evidentemente no fue justo el llanero para con el espectáculo.
Mi reparo es claro, es el colmo, toda la “leña”, todo el zapato, los taches que le marcaron las rodilleras, los empujones sin el balón que se ganó el Segoviano Moreno, y nada! cosa que a nuestro equipo no le toman en cuanta a la hora de reparar justicia. Eso si que no es ecuánime.
El partido terminó con un Giovanni Moreno tirado en la mitad de la cancha, reclamándole a Ruíz y al Médico Rodríguez que en serio estaba cojeando de dolor.
El segundo tiempo se dio con un cambio obligado, Giovanni Moreno por Yeison Devóz, y el módulo continuaba, los cuatro en el fondo, los carrileros, los laterales, la contención el media punta y el nueve. Esperábamos absolutamente todos que el trámite siguiera igual, con un comprometido Devóz a correr y a generar volumen ofensivo. Cosa que Yeison nunca cumplió, durante todo el trámite del partido fue errático, no marco y no entregó jugadas claras a Sergio Galván Rey.
La segunda mitad del partido fue un karma, nos llegaron, nos dispararon con peligro y sacaron como gran figura a un muchachito de 18 años llamado Omar Vasquez por su generación de jugadas.
No hay mucho para esconder, en el segundo tiempo pude ver cabecear y despejar con autoridad a la pareja de centrales Orozco y Mendoza, que buen partido el de los dos, vi con más trabajo de recuperación a Palomino, a Amaya y hasta al mismo Vélez. La regularidad de Bahiano no fue lo que TODOS esperábamos, ya que estaba cansado, agotado, desacertado y su función le tocaba doblarla el lateral por la derecha Marlon Piedrahita, que desempeño un buen partido. Era muy complicado así, partiendo de la base que era un equipo sin la regularidad de dos jugadores importantes y frente a un rival y en un clásico de estos.
Era cuestión de tiempo, las llegadas poco a poco convertían en figura a Gastón Pezzuti, que se dio el lujo de sacar un disparo previo pase de la muerte. En este lapso muchos decían que salga Bahiano, pero la pregunta era ¿a quien mete? El banco contaba con Blandón, Moreno y Carillo, la duda quedará siempre, sería bueno sacar a Bahiano por Carrillo? Como se acomodaría de ahí en adelante el esquema táctico? Pasarían a “volantear” a Galván y en punta a Carrillo o viceversa? Son un juego de juzgamientos que no se en que hubiese resultado. Y el tema, no es para mí de 7 o 9 delanteros, el tema es de volumen de ataque, cosa que si Yeison hubiese entrado enchufado, estaríamos hoy contando una historia diferente, porque el partido si se continuaba jugando como en la primera mitad lejos era nuestro. Pero en fin, a lo hecho pecho y nunca entro Armando Carrillo.
Ya aguantando tanto y faltando 10 minutos para el término del partido, el cambio para los locales fue por un viejo conocido por nosotros: León Darío Muñóz, a veces abucheado, pero sin duda en la historia con Nacional ya que ha sido campeón con este equipo, con el equipo de sus amores. Y como dicen, no hay cuña que más apriete… La reseña es que en una pelota parada tomo un descuido de los centrales y paloteó en el “área chica”, y concretó, y se fue a celebrarlo con tanta alegría y pasión con la hinchada que le gritó lo que quiso, que lo insultaba por el pecado que tienen muchas personas de las hinchadas de Bogotá ser de otro sitio, y sí, fue a gritarlo. No se que piensen UDS. pero no, no es la manera, es su tierra y así no lo fuera, es el equipo que lo hizo debuta, gracias a este equipo se fue a Brazil, tiene un nombre e independiente de los problemas que se hayan dado con LDS no es la manera de celebrarlo y con esto comprometo MI OPINIÓN, porque es lo que yo considero. Yo recuerdo cuando Higuita le hizo un Gol a su Nacional de sus amores, levantó la mano, y no celebró, recuerdo a la Champeta Velásquez, cuando nos marcó y no celebró, porque él mismo decía que esos miles que estaban ahí no se merecen que les celebre después que me corearon, en fín opiniones. Otro empate en Bogotá y nada que le ganan al verde de COLOMBIA, y si, la verdad es que si celebraron el empate, PLOP!.
Hay muchísimas cosas por acotar además, pero en términos generales, este equipo juega bien con todo y sus reparos, de hecho rompe mis esquemas en cuanto a su módulo táctico, debo reconocer que jamás me imaginé un equipo con dos laterales, y dos volantes-carrileros, es una cosa que debo reconocer y que hasta el momento nos tiene de 4 en la tabla general, con los mismos puntos del 3 y nos tienen mirando desde arriba, cosa muy diferente hace ya por lo menos 3 torneos, y que los resultados en cualquier aspecto de la vida es lo que habla. Es sensato además, considerar que hay que creer en este proceso con el profesor Ramón Eduardo, hay que abrigarlo porque ni aún estando de 4 nos da la garantía de ser campeones, o de no serlo! Lo que nos da esto es un nuevo respiro, una memoria deportiva diferente, que rompa esquemas, unas buenas divisiones menores, porque nos merecemos un muy buen equipo en todas sus presentaciones, esperar con esta manera de ver el fútbol el máximo del rendimiento por parte de todos los jugadores, y el compromiso que impregna la mirada gaucha (cosa que no es la de mi inclinación), de la honestidad, y que la vida se tiene que dejar por defender esta casaca; además, y como ítem final, yo no se como se pueda o que se deba hacer, pero definitivamente una prioridad la necesidad de abrigar y proteger a los jugadores talentosos, porque a veces ser un jugador distinto y con inmensas cualidades técnicas es una carga y no algo para admirar. Es definitivo que el futuro del fútbol colombiano es un pelao’ de 24 años, llamado Giovanni Moreno, que aunque no es Maradona, ni Zidanne como algunos lo compararon es un muy buen jugador, que merece paciencia, una escuela, y protegerlo para verlo triunfando en el viejo continente con una memoria bonita hacia estos colores, tal cual como Victor Aristizabal, que aún estando en todos los equipos en los que jugó siempre quiso honrar esta institución y estos colores, y acá terminó su carrera deportiva. Espero mucho en este equipo.

FORMACIÓN:
Gastón Pezzuti; Marlon Piedrahita, Andrés Orozco, Humberto Mendoza, Jair Iglesias; Bahiano (Walter Moreno Min. 88), Jairo Palomino, José Amaya, Estiven Vélez, Giovanni Moreno (Yeison Devoz Min. 46), y Orlando Berrío (Sergio Galván Min. 20).
DT: Ramón Cabrero